"Haz lo que quieras será toda la Ley."
"No hay Ley más allá de Haz lo que quieras."
"La palabra de la Ley es
Θελημα."
Θελημα — Thelema — significa Voluntad.
La Clave de este Mensaje es esta palabra — Voluntad. El primer sentido evidente de esta Ley se confirma por su antítesis "La palabra del Crimen es Restricción".
Otra vez: "Tú no tienes más derecho que a hacer tu voluntad. Hazla y nadie podrá decir no. Porque la voluntad pura, no saciada con el objetivo, liberada de la codicia del resultado, es en todos los sentidos perfecta."
Considera esto con cuidado; parece implicar una teoría según la cual si cada hombre y cada mujer hiciera su voluntad — su verdadera voluntad — no habría confrontación. "Cada hombre y cada mujer es una estrella", y cada estrella se mueve con una trayectoria precisa sin interferencia. Hay mucho espacio para todos; sólo el desorden crea confusión.
A la luz de estas consideraciones debería quedar claro que "Haz lo que quieras" no significa "Haz lo que te apetezca". Es la apoteosis de la Libertad, pero es también la atadura más estricta.
Haz lo que quieras — por lo tanto no hagas otra cosa. No dejes que nada te desvíe de esa tarea austera y sagrada. La Libertad para hacer tu voluntad es absoluta, pero intenta hacer cualquier otra cosa y surgirán inmediatamente obstáculos. Cualquier acto que no esté claramente en esta órbita única es errático, es un impedimento. La voluntad no puede ser dos, sino una.
Date cuenta además de que esta voluntad no sólo debe ser pura, es decir, única, como se ha explicado antes, sino que debe ser también "no saciada con el objetivo". Esta extraña frase nos debe hacer reflexionar. Puede significar que cualquier objetivo de la voluntad la debilitaría; la "codicia del resultado" es una cosa de la que ella debe sin duda liberarse.
Pero la frase puede ser interpretada también como si pusiera "con objetivo no saciado", es decir con incansable energía. El concepto es entonces el de un movimiento eterno, infinito e inalterable. Es el Nirvana, sólo que dinámico en lugar de estático — lo que acaba siendo lo mismo al final.
La evidente tarea práctica del mago es pues descubrir cuál es realmente su voluntad, para que pueda actuar de esa manera y pueda hacerlo de la mejor forma mediante las prácticas del Liber Thisarb (véase Equinox I (7), p. 105) o mediante otras que puedan indicarse en cada momento.
Tienes que (1) Descubrir cuál es tu Voluntad. (2) Hacer esa Voluntad con (a) propósito preciso, (b) desapego, (c) paz.
Sólo entonces estás en armonía con el Movimiento de las Cosas, tu voluntad es parte de, y por lo tanto igual a, la Voluntad de Dios. Y puesto que la voluntad no es sino el aspecto dinámico de la identidad, y dos identidades diferentes no podrían poseer voluntades idénticas; entonces, si tu voluntad es la voluntad de Dios, Tú Lo eres.
Queda sólo otra palabra por explicar. En cierto lugar está escrito — sin duda para nuestro gran bienestar — "El amor es la ley, el amor bajo la voluntad".
Esto debe tomarse en el sentido de que mientras la Voluntad es la Ley, la naturaleza de esa Voluntad es el Amor. Pero este Amor es como si fuera un subproducto de esa Voluntad: no la contradice ni la suplanta. Y si surgiera una aparente contradicción durante alguna crisis, es la Voluntad la que nos guiará correctamente. Fíjate en que aunque en El Libro de la Ley hay mucho Amor, no hay ni una palabra de Sentimentalismo. ¡El mismo Odio es casi como Amor! "¡Luchad como hermanos!". Todas las razas viriles del mundo comprenden esto. El Amor del Liber Legis es siempre audaz, viril, incluso orgiástico. Hay delicadeza, pero es la delicadeza de la fortaleza. Aunque sea poderosa y terrible, no es sino el pendón sobre la sagrada lanza de la Voluntad, la inscripción adamasquinada en las espadas de los monjes-guerreros de Thelema.
El amor es la ley, el amor bajo la voluntad.