En nombre del Iniciador, Amen.
1
En el comienzo era la Iniciación. La carne no daba nada; la mente no daba nada; aquello que desconoces y que está encima de éstos, firmemente equilibrado, daba vida.
2
En todos los sistemas religiosos encontraremos un sistema de Iniciación que puede ser definido como el proceso por el cual un hombre aprende a llegar hasta la Corona.
3
Aunque ninguno puede comunicar el conocimiento, o el poder para lograr esto que llamaremos la Gran Obra, es posible para los iniciados guiar a otros.
4
Cada hombre debe superar sus propios obstáculos, exponer sus propias ilusiones. Al tiempo otros podrán ayudarlo a hacer ambas cosas y así poder evitar muchos de los falsos caminos que a ningún lado llevaran y que tentarán a los pies cansados del peregrino inexperto.
5
Ahora, la Gran Obra es una, y la Recompensa es una, por mas diversos que sean los símbolos con los que lo innombrable se reviste.
6
Escucha entonces la historia del sistema que esta lección te da la oportunidad de investigar. Escucha con atención, la Gran Orden solo golpea una vez en cada puerta. Aquel que conozca a algún miembro de la Orden no puede conocer a ningún otro, hasta que no haya llegado a cierto nivel de maestría. Aquí hacemos una pausa para que puedas meditar y considerar si estás listo para tomar un paso irrevocable.